jueves, 28 de febrero de 2013

Ser humano y tecnología, una relación recíproca


¿Qué es el ser humano sin la cantidad de artefactos que rodean su vida?
La pregunta, si se logra entender como una afirmación, sostiene  que, – valga la redundancia— el ser humano, es precisamente, ser humano,  por el uso que ha logrado hacer de los artefactos  que es capaz de desarrollar. La tecnología, tomada como cualquier instrumento  que revoluciona y transforma las dinámicas de realización de una determinad actividad, permitió, a lo largo de los años, que el hombre desarrollara su pensamiento lógico y racional, al igual que su pensamiento abstracto, su creatividad, y lo más importante, su cultura y sociedad.
La tecnología, asociada al hombre, no resulta ser más que la expresión del desarrollo cerebral de miles de años, aplicada a la producción de herramientas que permiten, no sólo facilitar nuestras vidas, sino ampliar nuestros panoramas de expresión, de visión, que ofrecen la posibilidad de potenciar el desarrollo humano. Es imposible e incluso paradójico, a mi modo de ver, concebir al ser humano sin la tecnología, sin el desarrollo de objetos, salidos del producto de su experimentación, su incursión empírica, su técnica de ensayo y error. Qué mejor prueba existe de la capacidad racional e inventiva del ser humano, si no es la de los millones de objetos que ha producido.
La lectura del capítulo 3 del libro de Nicholas Carr, hace de alguna forma, referencia a la manera en que la tecnología afecta al ser humano, no solo en su concepción anatómica, pues ya está visto que la neuroplasticidad del cerebro le permite adaptarse a los cambios que cada persona realiza en sus costumbres y actividades diarias, lo cual la implementación y uso de nuevas  tecnologías, sino, sino en un marco social y cultural, ligado, como siempre a las necesidades humanas y a las exigencias del momento.
Resulta entonces necesaria, la idea  de plantear y establecer una relación entre, el ser humano y la tecnología. Sabemos, de parte de Carr, que instrumentos como el mapa y el reloj, desarrollaron el pensamiento abstracto del ser humano, también, son claros los cuatro tipos de tecnologías, que, bien o mal, divide el autor en,  tecnologías que incrementan nuestra fuerza y resistencia, tecnologías que amplían nuestros sentidos naturales, tecnologías que nos permiten manejar, hasta cierto punto, la naturaleza, para controlarla según nuestros deseos y tecnologías que desarrollan nuestro pensamiento.  
Ahora, después de conocer estos tipos de tecnologías, vale la pena preguntarse, que hace que las desarrollemos. Y sin lugar a dudas, se puede afirmar que la necesidad juega un papel de suma importancia en esta tarea. La tecnología, al igual que la mayoría de esferas que nos rodean, no son espontaneas, no nacen de la nada, a buscar una función. Por el contrario, el ser humano las desarrolla por que tiene una función para ellas. Porque ve en ellas, la satisfacción de alguna de sus necesidades o requerimientos. Las lanzas, en los hombres primitivos, se desarrollaron porque existió la necesidad de defenderse, las redes y trampas de caza por que existió la necesidad de hacer más eficiente la obtención de alimentos, la ciudad, porque existió la necesidad de organizarse socialmente, el reloj y el mapa, como lo afirma Carr, porque la sociedad del momento lo requería, al igual que la escritura, para dejar memorias de la sociedad.
“En el siglo VI, san Benito había ordenado a sus seguidores celebrar siete misas de oración, en momentos específicos del día (…) Impulsados por una necesidad de exactitud temporal, los monjes tomaron la iniciativa en el interés por la relojería. Fue en los monasterios donde empezaron a montarse los primeros relojes mecánicos”  (Carr 2011)
Con esto, no se abre más, que la invitación a pensar en la tecnología como un mal necesario para algunos, pero para otros como un bien, que ninguna otra cosa, podría igualar. El hombre desarrolla la tecnología, buscando desarrollarse, y la tecnología transforma al hombre, para buscar en él el siguiente escalón, es un hecho que producen y consumen dos partes.

Bibliography

Carr, Nicholas. ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? Bogotá: Distribuidora y Editorial aguilar, Atlea, Taurus, Alfaguara, S.A, 2011.

lunes, 25 de febrero de 2013

Neuroplasticidad

El cerebro tiene la capacidad de amoldarse, de acuerdo a los cambios que cada ser humano tenga en sus prácticas y hábitos, así que.

Nunca es tarde para aprender, loro viejo si aprende a hablar, y a todo lo que se proponga.

sábado, 16 de febrero de 2013

Aclaración

La comunicación entre algunos mamíferos, como la suricata, o los delfines, existe, incluso, es posible encontrar rasgos comunicativos entre plantas e insectos, pero es el ser humano, el único que al lograr separar la comunicación del contexto inmediato, desarrolla el lenguaje. 

viernes, 15 de febrero de 2013

Opiniones


Ángel o Demonio

La pregunta sobre lo que está haciendo internet con nuestras mentes, es una pregunta que con seguridad se puede abordar desde distintos enfoques, algunos, se remitirían a causas biológicas o anatómicas, proponiendo cambios y habilidades cerebrales que nos permiten procesos sinápticos más adecuados y eficaces. Cambios en nuestra mente, que nos permiten pasar de manejar un proceso a la vez, a manejar varios simultáneamente, como lo afirman muchas personas, las generaciones actuales, son capaces de escuchar música, leer, comer, chatear y de mas actividades simultáneamente sin que ninguna se vea interrumpida por otra.
Otros, abordaría la pregunta desde teorías sociales, teorías de estado, de organización territorial, de contextos, de modelos comunicacionales, ordenamientos humanos y demás. Y resulta imperativo, afirmar que internet, si es un fenómeno que ha cambiado, de manera colosal las sociedades del siglo XXI.
Nicolas Carr, escritor del libro “Que está haciendo internet con nuestras mentes” se remite, al menos en los dos primeros capítulos de su publicación, a hacer una comparación entre lo que él llama la generación x, y los nuevos nativos digitales. Carr, hace un recorrido incluso histórico de lo que fue para él la llegada de los primeros computadores, la aparición del internet, de la web, de la tecnología digital en remplazo de la tecnología análoga.
El primer capítulo, en general, gira en torno a las afirmaciones y opiniones de muchos de sus conocidos, quienes, al igual que él, han tenido que vivir el auge interactivo. Las opiniones sobre el internet y la tecnología, en los testimonios que son presentados en el libro, dejan ver en principio, una preocupación que se hace general. Ya no es posible sumergirse en largos artículos, en textos de 20 o 30 páginas, y mucho menos, en lecturas de libros completos, los argumentos profundos y desarrollados, bajo un exhaustivo método de investigación y comprobación, no son de igual interés que hace algunos años. Al contrario, la posibilidad de estar conectados con el mundo, en tiempo real, visitar portales de personas que producen conocimiento, navegar por el infinito mar de la red, encontrar con mayor agilidad, documentos necesarios, artículos cortos, frases, palabras, y personas, da la sensación de tener una mente más útil, de hacerse más inteligente, y de acceder a una mayor información entre otras.
“Karp está convencido de que leer muchos fragmentos pequeños e interconectados de información en internet es una forma más eficiente de expandir su mente que leer libros de 250 páginas (…) internet puede haber hecho de mi un lector menos paciente, pero creo que en muchos aspectos me ha hecho más inteligente”  (Carr, 2010)
La web, lo es todo, todo lo puede, todo lo hace, está en todo lugar y a todo momento. Parece imposible escapar de la red. La necesidad de mantenernos online a cada momento, según Carr, ha invadido nuestro ser, se ha apropiado de nosotros, de nuestras mentes y de nuestras vidas. Sin embargo, no es clara, o no del todo, la postural del autor frente a estas últimas afirmaciones. Aunque parece satanizar un poco la idea de vivir por y para la red, e incluso, considerarse como un HAL humano, entendiendo a HAL, como una computadora, es consciente, y lo describe a lo largo de los párrafos, de la facilidad y la importancia, que el internet ha tenido en su vida.
Y como no ser consciente de esto, de la facilidad y mas que la facilidad, de los enormes beneficios que ha traído internet a nuestras vidas, independientemente, de lo que hemos dejado atrás, lectura de libros en su totalidad, lecturas muy extensas, a cambio de pequeños párrafos constructivos. La posibilidad de examinar muchos documentos en poco tiempo, de estar online en todo momento, nos hace, a mi modo de ver, más libres. Tomando como libertad la idea de que a mayor conocimiento, mayores influencias y saberes, mayor, es también la libertad del pensamiento.
“Lo más importante es que la inmensa mayoría de gente ya no tenía que depender de los argumentos y la autoridad de una minoría culta del clero, porque la invención de la imprenta generalizó el acceso a las ideas: la gente podía leer por sí misma las ideas y distribuirlas. Ha habido varios ejemplos de tecnologías absolutamente revolucionarias, como la imprenta. La televisión también fue una de ellas. Y creo que la cultura digital de ahora también lo es” (Robinson, 2013) 
La red es, como el punto que aborda en el segundo capítulo, como el cerebro, constituido por una infinidad de células, o neuronas, que transmiten información por medio de impulsos eléctricos, conocidos como sinapsis. Así como las neuronas tienen una increíble capacidad de adaptación que responde a cambios en los estímulos externos, la red, tiene una increíble capacidad de adaptación que responde a las necesidades de audiencias, de consumidores de información. La red, es capaz de reprogramarse cada vez que sea necesario, para responder a nuestras necesidades, a nuestras exigencias. Para mí, nativo digital, internet si está haciendo algo con nuestras mentes, volviéndolas más ágiles y poderosas.

Bibliography

Carr, N. (2010). ¿Qué está haciendo internet con nuestras mente? Bogotá.
Robinson, K. (2013, febrero 14). Educacíon en valores. Retrieved from http://www.educacionenvalores.org/spip.php?article2816

viernes, 8 de febrero de 2013

Semana 1

A menudo, navegamos por el interés sin tener ningún criterio de evaluación y selección de las páginas web que visitamos. Con seguridad, la mayoría de nosotros ha encontrado en distintos lugares, información que puede o no ser cierta, lo cual puede empobrecer nuestras búsquedas. El taller número uno, nos permite adquirir ciertas habilidades de juicio para definir con criterios formados, que páginas nos convienen y que páginas no. Desde ahora, seguramente los criterios de selección informativa, van a ser mas fuertes, rigurosos y exigentes.